Descripción
Beneficios:
Mejora la sensibilidad parental: Ayuda a los cuidadores a identificar y responder de forma más adecuada a las señales emocionales de sus hijos e hijas, fortaleciendo así un vínculo seguro.
Promueve un apego seguro: Aumenta la capacidad del adulto para ser una base segura y un refugio seguro para la infancia, lo que favorece su desarrollo emocional, social y cognitivo.
Disminuye patrones de crianza reactivos: Permite que los adultos reconozcan sus propios desafíos emocionales o heridas del pasado que interfieren con su manera de criar, y les da herramientas para responder desde la calma y la contención.
Fomenta la autorregulación emocional en niñas, niños y adultos: Al mejorar la conexión y el entendimiento mutuo, se refuerzan habilidades de regulación emocional, tanto en quien cuida como en las y los pequeños.
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